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domingo, 16 de julio de 2017

CINE DE CULTO "BRONSON"

Se ha dicho de ella que es la Naranja Mecánica del Siglo XXI. y lo cierto es que no puedes evitar comparar estas dos películas a medida que avanza el metraje. El uso de la violencia, la música clásica, los movimientos ralentizados, las imágenes grotescas e impactantes y un protagonista carismático a más no poder, son el conjunto perfecto para comparar a “Bronson” con la imaginación de Kubrick. Está dirigida por el director de “Drive” y de “Pusher”, el aclamado Nicolas Winding Refn.

Pero hay una diferencia fundamental en estas dos historias, una de ellas es real, la de Michael Gordon Peterson, alias Charles Bronson, el preso más peligroso de Inglaterra. Su historia es tan impactante y grotesca que no podía más que acabar convirtiéndose en una película de culto, amada por unos y odiada por otros. 




Michael nació el 6 de diciembre de 1952, en Aberystwyth, Gales. Hoy día tiene 61 años y cumple prisión de por vida en una cárcel de máxima seguridad y totalmente solo. Lleva 34 años en la cárcel, de los cuales 30 ha estado aislado de los demás presos. Estos datos sorprenden muchísimo si además se sabe que no ha matado nunca a nadie.

Hablemos primero de la película y ahondemos después en ella, quedaremos sorprendidos, seguro.

¿La nueva Naranja Mecánica? 

 
“Bronson” es una película biográfica de la vida apasionante de este hombre, carne de cañón de un sistema penitenciario que no sabe qué hacer con él. Comienza repasando su infancia, más bien su adolescencia. Vemos a un niño problemático, que se pelea con los demás a cada rato, que tiene una gran valentía y mucha agresividad.

Sus padres eran personas normales, en principio, incluso lo protegían bastante (cosa tampoco buena del todo). No era rebelde por los problemas en casa por lo que parece, sino que simplemente se metía en líos por su fuerte personalidad. En la película se ve a una madre que no quiere aceptar que su hijo sea un delincuente juvenil, dando un portazo al director del colegio que quería hablar con ella por la última pelea protagonizada por su hijo. El niño se mete en un lío detrás de otro y termina en un reformatorio un tiempo.

Una de las cosas que llaman más la atención de la originalidad de la narración, es que el que te cuenta la historia es el propio Bronson, caracterizado como un maestro de ceremonias de circo. Este recurso narrativo tan original es porque Michael se enroló en un circo cuando casi tenía los 18 años, como hombre forzudo, porque ya tenía su imponente físico. Se casó en 1972 con una mujer llamada Irene, con la que tuvo su único hijo, también llamado Michael. A los cinco años se divorciaron e Irene se volvió a casar, lo que supuso un golpe emocional para él.



También tuvo una breve carrera como boxeador, fue ahí donde se puso su nombre de guerra, Charles Bronson, por el rudo actor con un bigote como el suyo. Esto fue a principios de los 80, y la idea fue de su agente de boxeo (con el que acaba peleándose también) más que porque le gustara a él.

A los 22 años comenzó en firme su rosario de condenas que le han llevado a una celda hasta hoy. Atracó una oficina de correos, de donde se llevó poco más de 26 libras, y fue condenado por robo con violencia a 7 años. A partir de ese momento, sus continuas peleas y su personalidad problemática le llevaban de una celda de castigo a otra, al aislamiento y las palizas de los guardias que lo custodiaban. A veces hacían falta diez hombres para dominarlo medianamente. Desde 1974, ha pasado en libertad sólo cuatro meses y nueve días. Tardaba nada y menos en meterse en un nuevo lío, casi siempre por robo, pero también alunizajes, amenazas y todo un rosario de delitos violentos.

La película es un genial repaso a todas esas aventurillas de delincuente que tanto entretienen en el sillón del cine. Un excelente forma de narrarlo, mezclado con una buena música, con un significado, como ‘It’s A Sin’ (es un pecado) de los Pet Shop Boys en la fiesta de uno psiquiátrico donde intentaron rehabilitarle como preso peligroso.

Todo lo que vive este hombre se traduce en un mundo interior inmenso y rico, surrealista, violento y crítico con la sociedad, que lo castiga, sin que él de nunca su brazo a torcer. Esto es aprovechado por un profesor de arte con el que se cruza en la prisión y que potencia esa vena artística como válvula de escape.

Se convierte en un auténtico Picasso, un divo del arte con el comportamiento más excéntrico que se puede tener. Estas caricaturas y dibujos animados se mezclan con la música y el mundo surrealista, recordando mucho a la obra maestra “The Wall” de los Pink Floyd.

El derroche de sentido del humor, las emociones encontradas y el impacto de las imágenes son puntos fuertes de esta gran historia. ¿Es la nueva Naranja Mecánica? No señores, es la vieja y la misma que dentro de un siglo y de dos, la historia siempre actual de cómo queremos rehabilitar a presos con los que no sabemos qué hacer. Gente que sigue igual por mucho que la castigues.

Kubrick fue el primero, pero no puede ser el único que cuente la vieja historia de un inadaptado social, que hace de la violencia su forma de vida, y que no puede eludir su forma de ser, por mucho que lo intentes (con experimentos como en la Naranja Mecánica) ó que lo encarceles (como con Bronson).

Tom Hardy, el camaleón
 
Hay que hacer una mención especial a este pedazo de actor capaz de meterse en la piel de un preso peligroso, un luchador ó el villano Bane de Batman. Ha hecho papeles secundarios en Star Treck Némesis, en Black Hawk derribado, en la versión de Sofía Coppola de María Antonieta y en la buenísima RocknRolla de Guy Ritchie. Su papel en Origen le termina de dar la fama como sex symbol.

El caso es que el trabajo que hace este actor en “Bronson” es digno de una gran admiración, y es una de las mejores de su carrera. No podía ser más perfecto para este papel, por su físico y la personalidad que sabe dar a sus personajes. Un 10 para él.
El auténtico “Bronson” y su mensaje para el estreno

Uno no puede sentir en última instancia más que lástima por personas así. Provocan grandes sufrimientos a los demás, pero ellos son sus propias víctimas principales. Michael Gordon Peterson no puede estar dentro de la sociedad, no puede llevar una vida normal ni hacer nada como los demás. Su mal carácter le arrastra a ser violento, y su físico hace que le tengan miedo. Cuando uno tiene una personalidad así, y los demás sienten miedo con verte, es fácil convertirse en un tirano. Todos hacen lo que tú dices porque les mueve el temor.

Lo más fuerte de todo esto es que este hombre ha sido trasladado a más de 120 prisiones diferentes, y encerrado en aislamiento cientos de días, que bien podían ser años. No ha matado a nadie, aunque sí ha estado cerca, pero es tan peligroso que lo consideran no apto para reinsertarse. La última vez que intentó solicitar la libertad condicional fue en 2004, y se le negó. A partir de esa fecha igualmente ha seguido protagonizando grandes altercados y una resistencia sin límites a la autoridad.

Le temen tanto que, en 1999, crearon una unidad penitenciaria especial sólo para él y otros 2 presos más de Woodhill, para buscar reducir el riesgo que representaban para el personal y para otros prisioneros.

El broche de oro para condenarle de por vida lo puso un intento de secuestro en la cárcel. En 1998 tomó como rehenes a dos presos iraquíes, a los que obligó a que le llamaran “general”. Amenazó con comerse (literalmente) a uno de ellos si no se cumplían sus peticiones: un helicóptero para volar a Cuba y dos metralletas Uzi con 5.000 cartuchos de munición. La leyenda sobre él dice que también pidió una muñeca hinchable, una taza de té, un sándwich de pepinillos y un hacha.

Se ha casado dos veces, una de sus mujeres era musulmana, y se convirtió a esa religión, que abandonó después cuando se divorciara. Otro aspecto muy curioso sobre él, es que ha escrito diversos libros, uno de ellos sobre fitness, y de cómo se mantiene en forma con pocos recursos y con el espacio que le permite su situación de preso. Hace al día 2.500 flexiones y abdominales, lo que le ayudan a mantener su impresionante físico de forzudo.

Durante los últimos diez años, Bronson ha escrito poesía y ha realizado numerosas obras de arte (cuadros, dibujos etc). Ha publicado once libros y ha conseguido 11 Premios Koestler para reclusos. 




Actualmente, desde 1999, cumple su pena en el módulo de aislamiento, sin contacto con otros presos, en el penal de máxima seguridad de Wakefield. Para el estreno de esta película, consiguió hacer llegar un mensaje con su propia voz a la gala de estreno (sin los permisos carcelarios pertinentes, cosa que se está investigando) mandando a todos un mensaje para pensar muy detenidamente:

“La gente verá lo que fui en un tiempo, un hombre atrapado en un malvado y corrupto sistema penal. No saco pecho. Fui realmente horrible, violento, malo. No estoy orgulloso de ello, pero tampoco me avergüenzo, porque por cada golpe que he dado he recibido 21“

Un apunte para terminar. Se está hablando mucho de la reforma del sistema penal en este país, y se toma como referencia los sistemas penales de Europa como ejemplo. Quiero recordar una cosa, si nos fijamos en el sistema penitenciario inglés, debemos ver no sólo sus virtudes, sino también sus defectos, y Bronson es un defecto muy gordo de este sistema, que no ha servido para rehabilitarle, por muchos años que pasen.

Fuente: cocederodecine.wordpress.com

martes, 11 de julio de 2017

LA VERSIÓN AFRICANA DE PURPLE RAIN QUE SOLO UN VERDADERO FAN DE PRINCE ENTENDERÁ


Ha pasado más de un año desde que el mundo vio partir a Prince, quien durante un período fuera mejor conocido como “el artista anteriormente llamado Prince”, pues su nombre consistía meramente en un símbolo. El 21 de abril de 2016, Prince Rogers Nelson, a sus 57 años, sufrió una sobredosis de fentanol, un opioide para calmar dolores. Más allá de hablar de su muerte, que significó una pérdida invaluable para la música y el arte en general, el propósito debe ser celebrar su vida. Después de todo la mítica figura del también llamado músico de la mente sucia y el armario interminable sigue despertando interés y su legado se resume en mucho más que el valor de su antigua casa. Asimismo, su personalidad persiste de cierta forma en "Akounak tedalat taha tazoughai".

La música de Prince trasciende incluso su vida, sobredimensionada por el amarillismo de los medios y la farándula con escándalos sexuales, drogas y demandas legales. Todo eso puede ser hecho a un lado cuando se aprecia la labor y sensibilidad de Prince el compositor y cantautor, quien comenzó su carrera como músico de sesión y compositor apenas con 17 años. Su habilidad para hacer melodías y conjugar letras originales e innovadoras le fueron abriendo camino en el circuito. Su maqueta, firmada bajo el nombre de Moon, llegó a las oficinas de Warner Bros, que le dio absoluta libertad creativa para grabar su primer disco en 1978, For You, en el que compuso todos los temas y tocó todos los instrumentos.

El álbum se vendió como pan caliente y sentó las bases para una carrera prometedora. El prodigio fue comparado con otras estrellas de la música afroamericana, como Michael Jackson y Stevie Wonder. Su carrera ascendió meteóricamente, sobre todo después de Prince (1979), disco con el que mostró su variedad su sonora y su mezcla de influencias. Una retahíla de trabajos siguieron sumándose a su discografía, pero en 1984 las cosas cambiarían para siempre.



Un joven músico, atormentado por un hogar roto y un padre abusivo con personalidad autodestructiva, debe enfrentar a un músico rival, soportar la desilusión y el desencanto de sus compañeros de banda por su fama personal y lidiar con el amor de su vida al mismo tiempo. Purple Rain, dirigida por Albert Magnoli y protagonizada por Prince, es una historia simbólicamente basada en la vida del artista. Con esta cinta, que además es un álbum, Prince abrazó el estrellato masivo a nivel mundial. Tal vez entonces ignoraba hasta dónde llegaría su influjo.

En medio de África occidental se encuentra Níger, una nación islámica que desde el siglo XIX y hasta 1958 fue una colonia francesa. Además de sus problemas socioecónomicos, fallas en infraestructura y conflictos bélicos, algo muy superior parece haber surgido en el seno de su cultura. Se trata de Akounak tedalat taha tazoughai (Christopher Kirkley, 2015).

Akounak tedalat taha tazoughai es un remake de por sí extraño de Purple Rain. Su historia transcurre en la ciudad de Agadez, situada en el desierto del Sahara, y se centra en Mdou Moctar, un guitarrista rebelde con un hogar hecho trizas quien busca construir su carrera y su vida. La línea argumental es básicamente la misma, con ligeras diferencias, sobre todo en el plano de lo occidental contra lo oriental.



Sin embargo, la dificultad más grande que encontró Kirkley, quien escribió y filmó el remake, fue que los tuareg, la comunidad seminómada a la que se le hace referencia en la película, no tiene en su lengua una palabra para el color púrpura o morado, pues su costumbre es llevar otros más oscuros y místicos, como el azul o el negro.

La historia se desenvuelve en un contexto en el que realidad pocas personas conocen a Prince. Sin embargo, varios de los elementos de la historia original pudieron traducirse al contexto de las comunidades tuareg de Níger, en el que la guitarra se toma como un símbolo de su cultura y música.

Fuente: culturacolectiva.com